Oremos con el Papa Francisco por el papel de las mujeres

En muchas partes del mundo la mujer es tratada como primer material de descarte. Hay países donde las mujeres tienen prohibido acceder a ayudas para armar un negocio o ir a la escuela. Incluso soportan leyes que las obligan a vestir de una determinada manera y sufren mutilaciones genitales.

No les neguemos también la voz a todas esas mujeres víctimas de abuso, explotación y marginación. De palabra, todos estamos de acuerdo en que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad como personas. Pero en la práctica eso no ocurre.

Es necesario que los gobiernos se comprometan a eliminar las leyes discriminatorias en todas partes y a trabajar para que la dignidad y los derechos humanos de las mujeres estén garantizados.

Respetemos a las mujeres en su dignidad y en sus derechos fundamentales. Si no lo hacemos, nuestra sociedad no avanzará.

Oremos para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo.

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